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Recursos Humanos: Es el momento de pensar en productividad

Hace unos días Montse Mateos, reconocida y experimentada periodista de Emprendedores & Empleo, me preguntaba sobre la contribución que debe hacer recursos humanos en estos tiempos, sobre dónde debía poner el foco la función para seguir aportando a las organizaciones. La pregunta era muy buena y me condujo a reflexionar sobre lo que debe aportar RRHH y también sobre lo que ha aportado en los últimos años.

En los tiempos de bonanza se invirtió mucho en todo, se podría decir que incluso se despilfarró; también en recursos humanos, claro. Pero yo creo que la función aprovechó la coyuntura y se modernizó bastante. Haciendo una comparación exagerada, podríamos resumir diciendo que pasamos de los manguitos y las nóminas a estar presentes en los consejos de dirección.

En los últimos años, ya inmersos en la dichosa crisis, la actividad de recursos humanos ha estado marcada por las circunstancias. Todas las organizaciones se han visto obligadas a reducir costes y en esto la función ha jugado un papel protagonista, aunque desagradable. Me refiero principalmente a las reducciones de masa salarial, en las que se han buscado diferentes alternativas para amortiguar el golpe. Se ha hecho un trabajo difícil, pero en la reducción de costes cada vez queda menos recorrido. ¿Y ahora qué? ¿Hacia dónde debe dirigir el foco recursos humanos?

La respuesta se sintetiza en una sola palabra: Productividad. No hay más que escuchar todos los días en las noticias las directrices de los organismos oficiales, nacionales e internacionales, para darse cuenta de nuestra principal necesidad: “Para ser competitivos, hay que aumentar la productividad”. Por eso toda política de recursos humanos debe poner el foco en la productividad. Talento, desarrollo, retribución, procesos, formación… cualquiera que sea el leit motiv del proyecto, su origen y fin ha de ser la productividad.

A primera vista parece una reflexión obvia, pero no lo es tanto. Recientemente he tenido ocasión de participar un año más como jurado de los Premios a la Innovación en Recursos Humanos, organizados por la publicación Emprendedores & Empleo, y la realidad ha sido algo descorazonadora. Para mi sorpresa, de las 41 empresas participantes, con 56 iniciativas presentadas en total, ninguna de ellas ofrecía de forma explícita la productividad en su título. En el nombre del proyecto (siempre significativo de su esencia) ninguno hacía referencia al foco productivo. En las reuniones del jurado las quejas fueron encaminadas a la escasa iniciativa, la poca innovación, la reducción de candidaturas por la crisis… ¡¡pero la verdadera carencia era la productividad!!

Curiosamente, el Wall Street Journal ha elogiado a Mercadona en sus páginas la pasada semana, revelando que el secreto de su éxito reside en funcionar con «una receta al estilo alemán» en busca de una mayor productividad, con condiciones de trabajo flexibles para sus empleados, cuya labor está ligada al logro de ‘bonus’, una «mezcla poco común» en España.

Estoy absolutamente convencido de que las Direcciones Generales y las Direcciones Comerciales compran todas las iniciativas con incidencia directa en la productividad. De hecho, hay iniciativas en esta línea, aunque como señala el Wall Street Journal, son muy pocas, insuficientes. Por tanto, la pregunta es: ¿Estamos encaminando las iniciativas hacia lo que realmente nos demanda la alta dirección? Pongamos la energía en proyectos simples y orientados a aumentar la productividad de sus equipos. Sólo así seremos escuchados en los comités y seremos verdaderamente estratégicos.

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