Psicosoft - La fuerza del reconocimiento y la autoestima: Amígdala e hipocampo

Consejos de neurociencia para mejorar el aprendizaje en formación

Recientemente he tenido la ocasión de asistir a un Webinar del NLI (Neuroleadership Institute) que hablaba de cómo garantizar el aprendizaje. El propósito del Instituto es avanzar en la investigación de neurociencia aplicada al liderazgo, el cambio, la consultoría, la formación… ¡La conferencia fue muy interesante! El Doctor Joshua Davis, una auténtica eminencia en la materia, expuso criterios para explicar cómo aprende el cerebro y cómo influye esto a la hora de diseñar estrategias formativas.

¿Cómo podemos aprender más cosas en menos tiempo?, ¿cuántos hábitos somos capaces de incorporar y en cuanto tiempo? Dos simples preguntas de las muchas que surgieron y se contestaron en la conferencia web. Sintetizar lo que dijo Davis es una labor casi traumática –todo era interesante– pero me llamó especialmente la atención el modo en que fue capaz de definir los criterios que influyen en la creación de un entorno formativo adecuado para que el cerebro realmente aprenda. Estas son las 4 condiciones básicas para que el aprendizaje se active y quede fijado en el cerebro:

  • Atención: Es clave tener un único foco de atención. Si tienes la atención dividida con diferentes elementos no hay atención consciente. ¿Limitaciones biológicas? El hipocampo no puede procesar correctamente la información si estás haciendo diferentes cosas al mismo tiempo. “No puedes comer en un día todo lo de la semana”. Ojo con el ‘multitarea’ de las nuevas tecnologías: únicamente un 2,5% es capaz de tener un nivel de desempeño óptimo con ‘multitasking’.
  • Generación/Conexión: Otra clave del aprendizaje es conectar ideas nuevas con las actuales, o sea pensar en ti mismo en relación con el nuevo concepto o idea. La cuestión sería: “¿Cómo esta idea o concepto está relacionado conmigo?” Pensar en tu pensamiento y en ti mismo en relación a la idea o concepto activa nuestra inteligencia e impulsa el aprendizaje.
  • Emocionalidad: La amígdala esta cerca del hipocampo, por lo que existe una relación directa entre las cosas que nos emocionan y aquellas que vale la pena recordar (tanto positivas como negativas). Obviamente, en estado positivo el aprendizaje es más reconfortante.
  • Espaciado: Tener espacio entre las sesiones de aprendizaje es fundamental, toda vez que los cambios estructurales llevan su tiempo. Esta clave aplica dentro de un mismo día, aunque todavía se acentúa más si dejamos entre 24 a 48 horas de distancia. Cuando uno duerme es cuando más se fortalecen las nuevas relaciones neuronales necesarias para el proceso de aprendizaje. Otro aspecto clave es garantizar la repetición del hábito para consolidar el aprendizaje.

La conferencia de Davis no tuvo desperdicio y estuvo aderezada de ejemplos muy interesantes. El e-learning, por ejemplo, tiene baja atención, buen espaciado, baja emocionalidad y baja generación, a menos que incluyas ‘social gaming’ para intentar mejorarlo.

La formación presencial, por su parte, puede tener momentos bajos de atención, buenos de emoción y generación, pero en general el aprendizaje está muy mal espaciado porque se concentra en el tiempo. Por eso se recomiendan sesiones de seguimiento unipersonal en el futuro. He aquí las cuatro conclusiones/recomendaciones obtenidas de la conferencia de Josh Davis y aplicadas a la formación presencial:

  • Empezar por un buen espaciado del aprendizaje
  • Asegurar que cada momento tenga plena atención: utiliza pocos recursos audiovisuales para no perder la atención sobre una misma idea clave.
  • Pedir a la gente que reflexionen ellos mismo sobre los conceptos: preferiblemente en grupos pequeños para favorecer la sociabilización y las conexiones minimizando la presentación de conceptos unidireccionalmente.
  • Estimular la emoción sobre las ideas o conceptos.
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