¿Cuál es el error más frecuente de los directivos? Para mí, la respuesta sería ésta: el error más común es caer en el lado oscuro de la empatía.
La empatía es una de las cualidades más valiosas del individuo, imprescindible en la dirección de personas. Te ayuda a comprender cómo se siente y piensa tu equipo. Por lo tanto, es fundamental para poder escuchar y comunicar adecuadamente. La empatía nos permite hacer conexión con los demás, fomenta la colaboración y el buen clima de trabajo, además de permitir la formación de vínculos entre personas.
El lado oscuro de la empatía está en que me puede hacer perder la perspectiva, y lo que es más grave, me puede llevar a tomar decisiones erróneas. Un directivo no debe tomar decisiones basándose sólo en la satisfacción a corto plazo de su equipo o en criterios de popularidad. Hacerlo puede llevarnos a problemas muy serios a medio y largo plazo.
¿Se puede ser empático y no perder la perspectiva? Rotundamente, sí. Y como casi siempre la clave está en las preguntas que me hago cuando escucho a una persona de mi equipo. Normalmente, tenemos en mente las siguientes preguntas: ¿Estoy de acuerdo, o no? ¿Me parece correcto o incorrecto? ¿Bueno o malo? ¿Culpable o inocente?
Apuesto más por preguntas para profundizar sin juzgar. ¿Qué le lleva a esta persona a pensar así? ¿Qué elementos faltan en ese razonamiento? ¿En qué hipótesis se basa ese enfoque? ¿Qué consecuencias tiene esa forma de pensar?
Eso es lo que llamo “empatía con valor añadido”. Es la forma de empatía que nos permite ser útil a nuestros equipos. Entender y comprender, sí. Aportar perspectiva y una visión diferente y más completa, también.
Mucho me temo que empatía es un palabro importado y que se confunde a vece con simpatía o caballerosidad … que no abunda en las empresas. Empatía en su propio dominio significa comprender, ver que hay, pero no siempre aceptar. Un cirujano comprende pero no acepta y no deja que sea el paciente que controle el proceso de cura. De igual forma en la empresa podemos comprender mucho, casi todo, porque ello tiene que ver con nuestro cognos, pero de ahí a aceptar …
Muchas gracias por tu comentario, Antonio. Estoy completamente de acuerdo con tu observación. Comprender no es igual que aceptar. Tu aclaración sirve definitivamente para llamar a cada cosa por su nombre, y actuar como corresponde. Otro tema, que me temo de una complejidad diferente, es la componente afectiva de la comprensión.
Un abrazo.
Buenos días. Me parece muy oportuna tu reflexión y, también la de Antonio.
Por mi parte, añadir algo que escuche a un chico joven, extranjero, en un programa de televisión. Se trata de una frase, compuesta únicamente por la unión de cuatro verbos, que repitió a modo de eslogan. No recuerdo el primer verbo, creo que dijo atender.
“ATENDER , ESCUCHAR, COMPRENDER, ACTUAR”. Cuando lo oí me gustó mucho, me pareció, además de muy sonoro, que sintetizaba a la perfección lo que es la empatía, o lo que creo debe ser.
Un abrazo
Muchas gracias por tu comentario, Paulino. Me parece un buen nemotécnico AECA.
Un abrazo.
Muchas veces he pensado en las consecuencias negativas de la “empatía patológica” que padecemos algunos….
Muchas gracias por compartir conmigo tu reflexión.
Un abrazo,
Silvia
Muchas gracias a ti Silvia, por dedicarle unos minutos al post y tu comentario. También tiene algo positivo la empatía patológica, supongo. ¿No?.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho el post. Me parece muy interesante y aclaratorio, porque es verdad que el termino empatía no se usa siempre correctamente y lleva a equívocos. Empatía, es ponerse uno en el lugar de otros. Y por supuesto que es un gran valor que todo directivo tendría que tener: empatía y liderazgo.
Muchas gracias, Elena. Poner en equilibrio empatía y liderazgo, tal como planteas, probablemente sea una clave fundamental.
Un abrazo.
Buenos días Javier,
He leido con atención tu post y las contestaciones y no puedo estar más deacuerdo contigo. La empatía es algo que debemos de tener todos los que tenemos equipos, pero muchas veces y movidos por la situación particular de empresas, la persona, estado de ánimo propio, etc…es posible que abusemos de ella y debemos de tener la capacidad y la decisión de parar en un momento dado y aplicar otros estilos, por otra parte totalmente compatibles.
Un abrazo
Muchas gracias por tu comentario, Fernando. Celebro que el post haya despertado tu interés y agradezco los minutos que le has dedicado, así como tus comentarios.
Un abrazo.
Creo que el problema esta en incluir dentro de la empatía la forma de responder o actuar, cuando la capacidad de empatía solo hace referencia a la forma de relacionarnos con los demás, de percibir lo que sienten y piensan, en resumen es una interiorización de sus emociones.
En la respuesta a esa información ya intervienen otras aptitudes que son las que marcan la diferencia entre una actuación acertada o erróna.
De esa forma, la Empatía nunca tiene un lado oscuro…
Muchas gracias Javier.
Muchas gracias por tu comentario, me parece una forma interesante de enfocar el tema, separar reacción empática de actuación, resuelve una parte del problema. Queda pendiente la posible pérdida de perspectiva, aunque cambiar la perspectiva suele ser positivo…
Un abrazo.
¡Buena reflexión sobre la empatía, Sr. Potti!
Me suena a una buena reflexión sobre como incorporar habilidades de coaching a la caja de herramientas del líder o del gestor: La empatía es la capacidad de entender lo que dice o siente el otro. Es imprescindible extraer el juicio de este proceso. Cuando hay juicio no hay empatía, porque no se da la conexión. El juicio provoca comportamientos de defensa, de culpar a otro, o incluso de culparse a sí mismo, y la relación constructiva y segura no se asienta bien sobre estas bases. La mejor forma de generar empatía es demostrar que lo que piensa, dice o siente el otro me interesa y para eso es imprescindible que… me interese. Es decir, tengo que ejercer la curiosidad real para demostrar (no para mostrar) interés por él. Las preguntas deben dirigirse a entender qué más hay ahí dentro.
Muchas gracias por tus observaciones, Luis. Las encuentro acertadas y profundas, como era de esperar viniendo de ti. Efectivamente la empatía tiende puentes y también trampas en el ejercicio del coaching. Aunque quizá las trampas las pongamos nosotros mismos y nuestra tendencia a hacer juicios.
Un abrazo.
Comunmente se dice que la empatía es ponerse en los zapatos del otro, lo cual, ya es muy difícil poder extrapolar la experiencia de un tercero, por todas las variables de formación o deformación que uno acarrea desde pequeños. Sin embargo la empatía dentro de la organización debería integrar procesos de escuchar y de educación básica para solicitar las actividades a los colaboradores y entender que su vida familiar y autoestima es lo más sagrado para cada individuo.
Saludos Potti y buena reflexión para iniciar el día y sobre todo ponerla en practica.
Muchas gracias por tu atención y los comentarios, Rafael. celebro que te haya parecido interesante.
Saludos cordiales.