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Los 4 puntos cardinales de un equipo de alto rendimiento

“Cómo liderar equipos de alto rendimiento” Es una frase que aparece como grandilocuente título de muchos programas formativos que se anuncian a bombo y platillo por la red. Esta u otra parecida. Contiene siempre el binomio mágico: Alto rendimiento. ¡Qué bien suena! Pero, ¿qué es alto rendimiento? ¿Cómo puedo saber si estoy impulsando el alto rendimiento de mi equipo?

No hace mucho, un programa corporativo de una gran empresa despertó en mí esa inquietud, y aunque no encontramos –obviamente– una respuesta empírica a este asunto, sí conseguimos avanzar algo en el reto de definir las acciones de management que pueden impulsar el alto rendimiento. Es como una especie de cuatrimotor; o mejor, un universo con 4 puntos cardinales:

  1. ORIENTACIÓN: Hablar de ‘puntos cardinales’ y que el primero sea orientación no es casualidad. Ofrecer orientación al equipo de colaboradores es el primer impulsor del rendimiento. ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué se espera de nosotros? El manager tiene la obligación de mantener a su equipo enfocado y orientado, consciente de su razón de ser, de su ubicación en la organización y de su misión/visión coyuntural y general.
  2. SIMPLICIDAD: Toda organización es compleja o se ha hecho compleja… y el funcionamiento de los equipos es igualmente complejo en la mayoría de los casos. Por eso es tan importante reducir en lo posible esa complejidad intrínseca y mostrar al equipo planteamientos y modelos claros, categorizados y sencillos. Este es otro importante motor de la eficacia y del desempeño de nuestro equipo.
  3. DECISIÓN: Mejor en plural, decisiones. Tomar decisiones, aunque sean equivocadas, siempre es mejor que no tomarlas. Paralizar los procesos con indecisión y lentitud juega directamente en contra del rendimiento de un equipo. El manager que toma decisiones con rapidez (y con un buen porcentaje de acierto) genera cambio, movimiento, ímpetu…
  4. DESARROLLO: Pero no el manido término ‘Desarrollo’ que utiliza hasta el agotamiento el entorno de recursos humanos. Hablamos aquí de promover e incentivar el autodesarrollo de cada profesional, de reforzar las capacidades de los miembros del equipo. El buen líder promueve esto y obtiene a cambio innovación y adaptación rápida y constante de su equipo de trabajo.

Con estos cuatro puntos, el manager, todos los días, puede preguntarse si impulsa o no el alto rendimiento. ¿Cómo? Contestando (insisto, todos los días) a las cuatro preguntas: ¿He dado orientación hoy?, ¿he reducido complejidad hoy?, ¿he tomado decisiones hoy?, ¿he promovido el desarrollo de los demás… hoy? Sólo podrá dormir tranquilo si contesta que sí a las cuatro preguntas; si no… hombre, puede dormir tranquilo igualmente, pero es posible que no sea un manager impulsor del alto rendimiento.

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